Todos tenemos un amigo que se cree intelectual, culto y poco interesado en banalidades y espectáculos. Es el típico que pregunta, "y a todo eso, ¿quién es Britney Spears?" Empieza conversaciones casuales citando autores franceses y según dice nunca ha leído o visto una película de Harry Potter. Y este verano, nuestro querido amigo empezará su cruzada antifutbolera y nos torturará cada vez que pueda con un "pues muy preocupados por el Mundial, pero no se dan cuenta de la realidad del país. En vez de coleccionar estampitas deberían estar leyendo plataformas electorales". Ahhh, pero qué tortura, siempre, siempre hay alguien que cree que su desprecio por el futbol lo pone en un plano moral e intelectual superior que al resto del " pueblo", al que le pueden dar "pan y circo" para distraerlo de las cosas verdaderamente importantes.
Pues sí, el amigo intelectual tiene razón en que el mundial es pan y circo, un espectáculo rodeado de corrupción y sexismo donde miles y miles de millones de dólares se destinaban a montar una celebración colosal alrededor de unos cuantoscasi adolescentes pateando un balón. Por solo mencionar un ejemplo del sexismo que rodea al Mundial, la cadena de comida rápida Burger King lanzó una campaña en Rusia prometiendo una dotación de hamburguesas de por vida, a cualquier mujer que quedara embarazada por un jugador del mundial (la campaña se retiró casi inmediatamente). Y ya mejor ni recordar los escándalos de corrupción del 2015 en que decenas de altos ejecutivos de la FIFA se vieron involucrados.
Pues sí, ante los ojos de aquel que permanece indiferente, el Mundial es sin duda una estupidez. Y sí, sin duda tiene miles de problemas que se deben afrontar y corregir; problemas que muchas veces no solo hablan de la corrupción de la FIFA sino del machismo y sexismo a los que las mujeres nos enfrentamos diariamente. Pero el Mundial no solo importa por la enorme derrama económica que implica tanto en el país anfitrión como alrededor del planeta (piensa en los bares donde lo transmiten); el Mundial fomenta sentimientos de solidaridad entre ciudadanos de un mismo país, nos recuerda de dónde somos y por qué estamos orgullosos de ser de ese país; nos da héroes y villanos, chistes locales y discúlpenme, pero en año electoral, dos horas a la semana en las que todos estemos del mismo lado son muy muy importantes.
Dejémonos de posturas intelectualoides y aceptemos que ahí en lo banal y cotidiano reside buena parte de lo que nos da orgullo y nos hace sentir mexicanos.
El futbol, en particular cuando apoyamos a una selección nacional, es uno de esos escasos momentos en que las diferencias entre connacionales se hacen mínimas. Cuando México juega un partido en el Mundial, todos sabemos que están haciendo los vecinos; podemos imaginar que todos los mexicanos del planeta están haciendo lo mismo al mismo tiempo: mentársela al árbitro vendido.Mi mamá no ve los partidos de los Pumas, y dudo mucho que sepa que es un tiro de esquina. Pero durante el Mundial ve todos los partidos de México y espera que todo el mundo tenga comentarios y opiniones al respecto: y casi siempre es así.
En fin, pues, a lo que voy es que dejémonos de posturas intelectualoides y aceptemos que ahí en lo banal y cotidiano reside buena parte de lo que nos da orgullo y nos hace sentir mexicanos. A mí, escuchar la canción "México", de Timbiriche, y un taco al pastor en bar en Londres un jueves en la noche me hace sentir ocho veces más mexicana que el desfile militar del 20 de noviembre. Y sentirse mexicano -nacional antes que priista o pejista y reconocer que el otro es parte del mismo proyecto nacional, aunque no piense igual- va a ser fundamental cuando veamos los resultados electorales.
En vez de rechazar los sentimientos que ocasionan un partido de futbol, mejor valoremos la solidaridad que sale de ahí y no la echemos por el balcón. Recuerda el abrazo que le diste al vecino -que trae propaganda política a tu puerta- cuando México le metió gol a Alemania (lo que antes era solo un sueño este domingo 17 se nos hizo realidad a millones).
O sea, que los chilaquiles y el futbol son muy importantes... y la botana mundialera. Y por favor, si tú eres el amigo del grupo que cree que el futbol es una superficialidad, no le arruines la fiesta a los demás hablando de política en el medio tiempo. Tómate tu michelada y tus dorilocos y deja que a los demás durante dos horas se les olvide que hace solo unas horas se estaban peleando porel proyecto alternativo de nación.
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