Miles de zimbabuenses salieron el sábado a las calles de la capital Harare para pedir que se marche el presidente Robert Mugabe, abandonado poco a poco por sus más fieles aliados, en una movilización apoyada por el ejército, que tomó esta semana el control del país.
"Demasiado es demasiado, Mugabe tiene que irse', "Descansa en paz Mugabe", "No a la dinastía Mugabe", se podía leer en las pancartas que enarbolaban los manifestantes, la mayoría de ellos negros pero también blancos, un hecho poco común.
"Tengo 30 años. Imagínese, nunca he trabajado. Y esto es por culpa del régimen de Mugabe. Por eso pedimos un cambio", explicó el sábado a la AFP Kelvin Shonhiwa, un manifestante con una bandera de Zimbabue.
La protesta de este sábado fue organizada por los veteranos de la guerra de la independencia —ineludibles actores de la vida política del país— y movimientos de la sociedad civil, entre ellos el grupo ThisFlag del pastor Ewan Mawarire, una de las figuras clave del movimiento anti-Mugabe reprimido en 2016 por las fuerzas de seguridad.
El presidente se encuentra en prisión domiciliaria tras el control de la capital por parte del Ejército. Mugabe ha gobernado el país desde su independencia en 1980, pero con 93 años de edad la lucha por ver quién será su sucesor ha comenzado.
Sus más fieles aliados lo han ido abandonando: después del ejército y de los veteranos de la guerra de la independencia, fueron las secciones regionales del partido presidencial Zanu-PF las que pidieron el martes por la noche que se fuera.
Esta vez el Ejército no está del lado de Mugabe, tras la destitución del videpresidente Mnangagwa, un veterano de las guerras de liberación de Zimbabue de la década de 1970 que es popular entre los militares. El despido de Mnangagwa fue visto como una manera de limpiar el camino al poder a Grace, la esposa del poderoso presidente.
Este sábado en Harare, los manifestantes convivieron en paz con los militares, mientras Mugabe espera en la incertidumbre.
Con información de AFP.