El presidente Enrique Peña Nieto llega a su Quinto Informe de Gobierno con múltiples cuestionamientos a su gestión, marcada por la corrupción, la impunidad y la violencia.
Atrás quedaron los días de las reformas estructurales, que siguen sin dar los resultados prometidos.
De este modo, el Quinto Informe llega en un momento donde el repunte de la violencia ha convertido a 2017 en el año más violento del que se tenga registro, lo cual evidencia un rotundo fracaso de la estrategia de seguridad.
Desde que Peña asumió el poder, del 1 de enero de 2012 al 31 de julio de 2017, se han registrado 105 mil 639 homicidios dolosos según datos de INEGI y el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Una cifra que, de mantener el ritmo actual, incluso podría superar el récord de asesinatos del sexenio anterior de Felipe Calderón, con 121 mil 683 muertes violentas.
Pero a pesar de que la violencia se mantiene a niveles históricos, el mayor problema vinculado a la gestión de Peña tiene que ver con los altos niveles de corrupción e impunidad.
De acuerdo con Claudio X. González, presidente de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad cuyo trabajo ha resultado particularmente incómodo para Peña Nieto, según reveló recientemente The New York Times, el fenómeno de la corrupción en el país ha llegado a tal nivel que implica "una cuestión de superviviencia del Estado".
El caso más emblemático en el momento actual, es sin duda el caso de los sobornos de 10 millones de dólares presuntamente pagados por la constructora brasileña Odebrecht al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya. Un asunto que pega directamente a la administración de Peña y se suma a los escándalos de desfalco protagonizados por los exgobernadores Javier Duarte, Roberto Borge, César Duarte y Rubén Moreira, entre otros, que durante años fueron protegidos por el gobierno federal.
Otro escándalo que enfrenta Peña en la víspera de su Quinto Informe, tiene que ver con el espionaje contra periodistas y activistas, asunto que ha evidenciado la manera en que los aparatos de inteligencia del Estado mexicano han sido utilizados con fines políticos en contra de los críticos de la actual administración.
Peña también carga a cuestas con el intento de nombrar a Raúl Cervantes, actual Procurador General de la República, como Fiscal General, una maniobra que ha desatado una serie de críticas por parte de las organizaciones de la sociedad civil que ven como un retroceso la designación de Cervantes debido a su cercanía con el grupo que controla Los Pinos.
Aunque en el último año hubo un ligero repunte en materia de crecimiento económico, el incremento en los precios del combustible, el posible fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la intervención del gobierno federal en el proceso electoral del Estado de México y Coahuila, han sido otros de los temas que más han marcado el penúltimo año de Peña como presidente de México.
Asimismo, otro tema que será crucial es la sucesión presidencial rumbo a 2018, pues a final de cuentas, durante la XXII Asamblea Nacional del PRI quedó claro que la elección del candidato presidencial del tricolor recaerá principalmente en los hombros del mandatario, ante la debilidad que demostraron las corrientes disidentes al interior del PRI.
De acuerdo a las últimas encuestas de opinión, publicadas por El Universal y Reforma, casi cada tres de cuatro mexicanos reprueban la gestión de Peña Nieto como presidente de la República. Una cifra que habla del desencanto que existe entre los mexicanos frente a los resultados del actual sexenio.
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