Estamos entrando en la sexta oleada de extinción en masa. Podríamos perder hasta el 75% de las especies del mundo. Esto, incluso ocurriría a mediados de siglo, según han reportado. ¿La razón? La actividad humana: la basura, la contaminación, el cambio climático, la destrucción del hábitat y la caza furtiva de vida silvestre.
La extinción ocurre de manera natural, pero es común que ocurra en una tasa de una a cinco especies al año. En este momento, plantas y animales se están extinguiendo 100 - 1000 veces esa tasa.
Pero mientras la destrucción continúa, hay personas trabajando día tras día, decididas a garantizar que intervengamos en este problema aparentemente abrumador.
Gente como Mark y Sophie Hutchinson, quienes fundaron el grupo de conservación Wild Ark. Esta organización de conservación se ha propuesto la misión de restaurar y proteger las especies amenazadas alrededor del mundo. Ellos forman una pequeña parte de un movimiento mucho más grande de conservación pragmática, que ocurre en todo el mundo, con un enfoque en adquisición de tierras.
Mark y Sophie se trasladaron con sus hijas gemelas a Hoedspruit, en Sudáfrica, para lanzar su primera 'Pridelands' de conservación con un par de socios locales, Anton y John Lategan. Sin embargo, mientras ellos tratan de iniciar su primer proyecto, alrededor de todo esto se desata una guerra: el conflicto entre humanos y vida silvestre —la caza furtiva de rinocerontes en particular es el foco de los esfuerzos de conservación en Sudáfrica—.
Esta guerra aún se puede controlar, gracias a la constante positividad y determinación de personas como Rhian Ahlers, Pierre Wilkinson, Ruben y Marianne de Kock, Clive Poultney y Sean Patrick.
Si quieres aprender más sobre esfuerzos de conservación en Sudáfrica, visita las páginas Wild Ark, Southern African Wildlife College, EcoTraining y Friends of African Wildlife.
Este artículo se publicó originalmente en The HuffPost Australia.