Por 26º año consecutivo, La Asamblea General de la ONU exigió terminar con el embargo que inició Dwight D. Eisenhover, 34° presidente de Estados Unidos, y terminó por imponer John F. Kennedy a Cuba en 1960.
Se realizó una votación en la que participaron 193 países. 191 votaron en contra del "embargo económico, comercial y financiero" de Washington a la isla caribeña.
A pesar de que el año pasado se vislumbraba un posible restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, tanto que la delegación estadounidense se abstuvo de votar, en 2017 solo Estados Unidos e Israel votaron para conservarlo.
Incluso la embajadora ante la ONU, Nikki Haley, afirmó que la sesión de votación no pasaba de un "teatro político". Y no sólo eso, aseguró que el gobierno estadounidense se mantendría firme en su postura con respecto a Cuba, incluso "aunque nos quedemos solos".
"No tememos el aislamiento", dijo la representante estadounidense, quien detalló que el pueblo cubano sigue siendo privado de sus derechos.
La abstención estadounidense en la votación del 2016, sucedió cuando el proceso de aproximación iniciado en 2014 comenzaba a prosperar pues se reabrieron ambas embajadas en 2015.
No obstante, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, retrasó el proceso.
Por otra parte, Bruno Rodríguez, canciller de Cuba expresó en tribuna de la ONU que espera "la más enérgica condena a las declaraciones irrespetuosas, ofensivas e injerencistas" de Haley.
Rodríguez dijo que sólo en el último año el impacto económico del embargo a Cuba fue estimado en 4 mil 305 millones de dólares, "el doble de la inversión extranjera directa que el país necesita para que la economía pueda avanzar hacia el desarrollo".
China, su vez, se sumó a una declaración del Grupo de los 77 en favor de la resolución para poner fin al embargo.
La Comunidad de países de América Latina y el Caribe (Celac), la Comunidad de países del Caribe (Caricom) y el Grupo de los No Alineados también se manifestaron en bloque por el levantamiento del embargo.