El lunes 9 de octubre fue mi cumpleaños y siento que 2017 me ha traído como regalo el haber sido testigo de un hito que estoy convencida de que marcará un antes y un después en la vida de las mujeres lesbianas en Europa.
El domingo regresaba de Viena, de la primera edición de la European Lesbian* Conference, un evento que ha conseguido reunir a cerca de 500 mujeres de 44 países que son lesbianas o que se sienten cercanas a la comunidad lésbica. Para estas últimas (bisexuales, transgénero, queer, etc.) se ha incluido el asterisco después de la palabra "Lesbian".
Vuelvo de la EL*C con la sensación (me consta que generalizada) de haber conocido e intercambiado experiencias con cientos de mujeres interesantes e inspiradoras de países tan diferentes como Suiza, Chipre, Kazajistán o Hungría.
Todas hemos disfrutado de 4 días intensos de debates, talleres y ponencias sobre múltiples temas, todos desarrollados por y para nosotras, siempre constructivos, siempre interesantes, siempre respetuosos e integradores con otras minorías y con otras realidades.
El informe que se ha publicado en el marco de la EL*C debería convertirse en un libro de cabecera para todas las mujeres lesbianas activistas y para todas las instituciones y organismos que quieran trabajar o estén trabajando ya con nuestro colectivo.
Cada día me convenzo más del potencial que tenemos las mujeres, en general, y las lesbianas, en particular, para coliderar cambios en la sociedad y en las empresas que hagan de este mundo, un lugar mejor para vivir.
Como mujeres, tenemos que ser valientes y dar un paso al frente, para poder dar a conocer todo ese potencial que tenemos y no quedarnos en la sombra. Hacer mucho, pero también salir luego en la foto, que es lo que tantas veces se nos olvida.
Como lesbianas, tenemos el reto adicional de vivir, de expresarnos sin miedos en nuestro entorno personal y profesional. De poder brillar siendo nosotras mismas, coherentes tanto internamente con nuestros propios sentimientos, como con lo que decidimos mostrar a los demás, porque sólo así podremos sacar lo mejor de nosotras.
Uniendo fuerzas y tendiendo puentes conseguiremos que cada vez se oigan más nuestras voces y se reconozca nuestro valor como comunidad.
Mi compañera Kika Fumero, coeducadora y activista LGBTI, y yo, como fundadora de LesWorking, la red profesional para mujeres lesbianas, fuimos a Viena a presentar las conclusiones del estudio sobre "¿Cómo somos las mujeres lesbianas?" en el que participaron más de 5 mil mujeres principalmente de España y México.
En la encuesta tocamos temas relacionados con nuestras relaciones de pareja o cómo vivimos nuestra orientación sexual en el día a día, pero también abordamos otros enfoques como la percepción que tenemos sobre nosotras mismas, cuáles son nuestras principales aficiones, en qué nos gastamos el dinero o qué opinamos sobre la oferta lésbica existente.
Han salido muchos datos interesantes de la encuesta y muchas tendencias en las que será conveniente profundizar. Quizás, la conclusión que personalmente más me gusta resaltar de todo el estudio es la de cómo nos vemos a nosotras mismas. De una lista de 33 adjetivos posibles, los tres que más seleccionaron las participantes para autocalificarse, es decir, los tres con los que se sienten más identificadas son, por este orden, 1) independientes, 2) responsables y 3) trabajadoras.
Este resultado me cuadra perfectamente con lo que he visto en Viena: cientos de mujeres independientes, responsables y trabajadoras, unidas por una causa, la de cambiar el mundo y hacerlo un poco mejor y más integrador, no solo para nosotras, sino para tod@s.
Este resultado me cuadra también con lo que veo siempre en los eventos que organizamos desde LesWorking en España.
Vuelvo a mi país con ganas de transmitir ese espíritu de unión e ilusión que he vivido en Viena.
Como dijo Ulrike Lunacek, vicepresidenta del Parlamento Europeo y lesbiana visible, en su discurso de apertura de la EL*C "las lesbianas siempre hemos estado ahí y estamos por todas partes". Uniendo fuerzas y tendiendo puentes conseguiremos que cada vez se oigan más nuestras voces y se reconozca nuestro valor como comunidad.
Este texto fue publicado originalmente en El HuffPost y ha sido editado.
*Este contenido representa la opinión del autor y no necesariamente la de HuffPost México.