Dos eventos relevantes, separados por escasos 3 días, llaman a suspicacia dado que ambos ocurren en el contexto de un proceso electoral que ya se vislumbra como una lucha abierta y sin cuartel para ocupar la presidencia de la República en 2018.
Primero, la renuncia de Raúl Cervantes, ahora extitular de la Procuraduría General de la República (PGR) y el arribo en su lugar del subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales, Alberto Elías Beltrán, como encargado del despacho, el lunes 16 de octubre. Segundo, el cese de Santiago Nieto Castillo, el viernes 20 del mismo mes, hasta entonces titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).
Primera suspicacia: menos de una semana en el cargo le bastó a Elías Beltrán para conocer las faltas cometidas por Nieto al, supuestamente, revelar detalles de una indagatoria iniciada por la FEPADE en contra del ex director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin —quien se ha visto involucrado en el tema de los sobornos entregados por la empresa Odebrecht a funcionarios mexicanos en el contexto de la campaña presidencial de 2012 — y determinar la necesidad de separarlo de su puesto. ¿Qué prisa tuvo Elías Beltrán para, a escasos 3 días de haber tomado posesión de su encargo, destituir al titular de la FEPADE?
Segunda suspicacia: en escasos 4 días Elías Beltrán tomó posesión de su cargo, conoció de las faltas del ex fiscal, analizó el caso, maduró una decisión y la llevó a cabo. ¿Es acaso que la destitución de Santiago Nieto se cocinó antes de la renuncia del ahora ex procurador Raúl Cervantes, quien no ejecutó la decisión para no cargar con el costo político de semejante decisión?
¿Qué prisa tuvo Elías Beltrán para, a escasos 3 días de haber tomado posesión de su encargo, destituir al titular de la FEPADE?
Tercera suspicacia: si el mismo Santiago Nieto, en entrevista con Carlos Loret de Mola en el programa Despierta con Loret del 25 de octubre, negó haber violado el código de conducta de la Procuraduría General de la República ni normatividad alguna haciendo pública información de un caso, ni haber revelado el sigilo de ninguna carpeta de investigación —menos aún en torno a una investigación cuya carpeta estaba en proceso de integración por parte de la FEPADE—, ¿por qué el procurador interino no le concedió el privilegio de la duda y se tomó el tiempo necesario para corroborar los dichos del fiscal Nieto y se decidió mejor por una destitución fast track?
Cuarta suspicacia: en la misma entrevista con Loret de Mola, a pregunta expresa del periodista sobre si fue o no presionado por Emilio Lozoya, Nieto respondió que "No hay presión si no te dejas presionar" — frase, afirmó, del magistrado Leonel Castillo— reconociendo de manera indirecta que sí fue presionado, pero que ni esa ni otras presiones tienen efecto sobre su trabajo.
Siendo así, ¿por qué Elías Beltrán prefirió destituirlo por una supuesta violación al código de conducta de la PGR y no apoyarlo en la investigación que la FEPADE realiza en torno a la supuesta corrupción electoral del 2012? ¿Por qué el actual procurador dio más importancia a la actuación del funcionario de la fiscalía y no al enorme caso de corrupción electoral que involucra directamente al grupo en el poder y que él investigaba?
Quinta suspicacia: Everardo Moreno, abogado constitucionalista, sostuvo en la emisión de El Weso, que la discusión que se está llevando a cabo en el Senado de la República sobre la remoción de Nieto no tiene sentido, toda vez que la destitución del funcionario de la FEPADE es improcedente pues Elías Beltrán no reúne los requisitos para estar en el encargo que ocupa.
De acuerdo con el Artículo 102 constitucional, quien acceda al puesto de procurador deberá tener, por lo menos, 10 años de ejercicio profesional y la cédula del funcionario citado fue expedida en 2011. En consecuencia y a decir de Moreno, no debería haber tomado posesión en esas condiciones, además de que también contraviene el Artículo 30 de la Ley Orgánica de la PGR, que determina que el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales deberá sustituir al procurador general en caso de "ausencias temporales", no definitivas, como ocurrió con Cervantes.
Entonces Elías Beltrán estaría ocupando de manera ilegal e ilegítima el cargo de procurador, por lo que los actos por él realizados son nulos, lo que supondría que la destitución de Nieto también es nula pues quien lo decidió no tiene facultades para hacerlo, concluye Moreno.
Lo anterior lleva necesariamente a preguntarse, ¿los senadores ignoran el Artículo 102 constitucional, mismo que permite a Nieto seguir en su encargo sin necesidad de votaciones o discusiones especiales para restituirlo? o ¿han construido un enfrentamiento ficticio haciendo tiempo para que al cabo de diez días no sea posible rehabilitar a Nieto en su puesto, lo cual permitiría nombrar un fiscal a modo?
Sexta suspicacia: la velocidad con qué actuó Elías Beltrán para destituir a Nieto y el caso armado en contra del titular de la FEPADE, por una supuesta indiscreción y por haber denunciado "falsas" presiones en su contra para dejar fuera del caso de Odebrecht a Emilio Lozoya ¿son realmente posturas éticas que buscan moralizar la vida pública o responden a intereses políticos con miras al 2018?
Séptima suspicacia: ahora el ahora ex fiscal de la FEPADE, Santiago Nieto Castillo, ha retirado, por escrito, su objeción en torno a su destitución como titular de la FEPADE, argumentando su rechazo a la polarización de la sociedad y el daño a las instituciones. Argumento por demás ético y con visión de Estado que, sin embargo, lleva a preguntarse: ¿Por qué Nieto desiste antes de que el Senado vote para ratificar o rechazar su destitución? ¿Por qué la premura cuando partidos como el PAN, el PRD y MORENA estaban dando la batalla para restituirlo en sus funciones? ¿De qué altura vinieron las presiones que lo llevaron a tomar tal decisión? ¿Le ofrecieron algo más?
Últimas suspicacias: ¿A quién protege Elías Beltrán? ¿Busca cubrir la espalda de la administración saliente además de enterrar el escandaloso caso de corrupción de Odebrecht y el involucramiento de políticos mexicanos? ¿La destitución de Nieto Castillo responde a los intereses del partido que busca repetir en la presidencia sin importar que se lesione, aún más, su propia credibilidad y la legitimidad del sistema electoral en su conjunto? ¿El desistimiento de Santiago Nieto responde a presiones que no puede manejar?
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