
El sismo del 19 de septiembre revivió miedos que aún no sanan después de décadas. También despertó la solidaridad y fuerza que solo nosotros sacamos de quién sabe dónde en cada tragedia. Nos recordó que sin importar estatus sociales, credos ni uniformes, estaremos ahí para ayudar, así se nos vaya la vida en ello.
Lo intentó un soldado en Morelos.
Acudió a un hogar donde estaban atrapadas una joven esposa y su pequeña hija de apenas un año. Pero a pesar del esfuerzo, su trabajo solo le permitió recuperar sus cuerpos. "Gritaste con un dolor palpable e insoportable, desgarraste tu garganta y tus lágrimas brotaron como si hubiese sido tu propia sangre quien hallabas sin vida".
Su imagen sí es la de un hombre con dolor. Los hombres a su alrededor, quizá de los primeros voluntarios, tratan de consolarlo. Jamás se imaginarían a un elemento de las fuerzas armadas ser tan vulnerable. Es incomprensible lo que él debe sentir.
Pero Marco Gil Vega lo entiende. Lo busca para "poder estrecharle mi corazón que aunque destrozado... Le estará agradecido toda la vida". Marco es el esposo de Sam y el padre de Sofía, las dos mujeres recuperadas entre los escombros.
Gil Vega es profesor en la Universidad del Valle de México campus Cuernavaca, Morelos. Marco y Sam eran propietarios de un estudio fotográfico. Además de Sofía, también eran padres de un niño mayor.
No hay palabras no las hay pic.twitter.com/EwN3kPGzmL
— Hector RS (@ChokemilkRs) 24 de septiembre de 2017
El fotógrafo publicó en su cuenta de Facebook una emotiva carta de agradecimiento a ese soldado aún desconocido. Quiere agradecerle su esfuerzo, la oportunidad de despedirse de "mis ángeles... mi pequeña princesa de un año y mi señora esposa. Dios así lo ha querido y mi corazón devastado está latiendo por nuestro hijo", como escribió en otro post.
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La imagen ha sido compartida más de 308 mil veces y generado más de 50 mil comentarios, muchos de reconocimiento a este elemento militar.
Queremos ayudar a Marco a cumplir su objetivo. ¿Alguien que pueda brindar información?