El testimonio de una telefonista de Telmex sobre lo sucedido el 19 de septiembre de 1985, recopilado por la agencia de noticias Cimac habla por sí solo:
A las siete de la mañana ya habían entrado a trabajar el primer y segundo turno a las centrales telefónicas de San Juan y Victoria, ubicadas en el centro de la ciudad de México, en los servicios de larga distancia e información. A los 19 minutos inicio el horror. Unas compañeras rezando, otras histéricas. "¡Está temblando!", gritó una compañera. "¡Ay, no para! ¡Dios nos ampare!", exclamó otra.
Compara las cifras de los sismos de 1985 y 2017
De repente se apagaron los conmutadores. No entraban ni salían llamadas. Las líneas de larga distancia que conectaban norte y sur del país estaban muertas. La torre de San Juan, el cerebro de Telmex, se había separado por completo de los edificios que la sostenían. El servicio telefónico estaba completamente interrumpido. La ciudad se había quedado aislada del resto del mundo.
Quedaron destruidos total o parcialmente 50 radios de microondas, 750 grupos de equipo multiplex, seis centrales automáticas de larga distancia, dos centrales tándem y dos centrales locales. Los centros telefónicos de Victoria y San Juan, centro de trabajo de más de 2,000 operadoras, estaban totalmente inhabilitados. Un edificio se derrumbó y 24 tenían severos daños en su estructura.
Horas más tarde las cosas empeoraron de acuerdo con versiones recopilados por Elena Poniatowska en su libro Nada, nadie. Las voces del temblor.
Por días enteros la Ciudad de México quedó aislada del mundo exterior y la comunicación con el exterior quedó el manos de radioaficionados. Regresamos el micrófono a Elena Poniatowska:
Treinta y dos años más tarde las compañías de telecomunicaciones que operan en la zona centro del país reportaron cortes esporádicos en el servicio, aunque a lo largo del 19 de septiembre se fue recuperando la conectividad móvil, la televisión por cable y el internet fijo. De hecho, buena parte de los esfuerzos de rescate, recolección y envío de ayuda han sido habilitadas por redes sociales y servicios digitales como Google Maps, Facebook y Twitter.
ASÍ SE MANTUVO LA CONECTIVIDAD
El primer cambio sucedió en el diseño de las redes. En la década de 1980 las redes más comunes eran telefónicas y concentraban el tráfico en grandes centrales para enviar llamadas hacia otras regiones. Internet opera en forma descentralizada como una telaraña porque su antecesora, Arpanet, fue diseñada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos para operar incluso cuando puntos de enlace de datos fuesen destruidos por un ataque nuclear.
Fuente: Wikipedia
Por otro lado, un protocolo de transmisión de datos empleado llamado Protocolo de Internet (IP) fragmenta la información digital de un mensaje de Whatsapp o una página web en paquetes de información que cambian de ruta en caso de que algún punto de enlace no esté disponible. Ambas tecnologías hacen que las comunicaciones digitales se mantengan estables incluso cuando partes de la infraestructura estén dañadas o sin electricidad.
Esta descentralización se extiene a la conexión física de la región centro del país con el exterior. A diferencia de 1985 cuando sólo existía un proveedor de telecomunicaciones y los puntos de salida hacia el exterior un par, ahora empresas como Bestel, Level 3, redIT junto con operadoras como Telecomm, Axtel y Telmex tiene múltiples cables de fibra óptica que conectan la región con el exterior así como redes dentro de la misma ciudad.
Luego de una catástrofe, las empresas de telecomunicaciones afrontan dos situaciones que ponen en riesgo la estabilidad del servicio. El primero es la caída de edificios, postes u otras construcciones que dañan los ductos o los cables aéreos por donde pasan las señales de telecomunicaciones. El segundo es la caída del servicio de suministro de electricidad. Una fuente del sector que pidió no ser identificada para dar información al respecto señaló que la falta de luz puede ser el problema más grave aunque, "equipos transmisores de señal de celular, internet fijo y televisión por cable cuentan con baterías que les dan hasta 12 horas de respaldo".
Si el corte de energía se mantiene por más tiempo, entran en acción cuadrillas que acuden a cambiar las baterías de los equipos a medida que se va agotando su energía, aunque si tales equipos están en zonas donde hay peligro de derrumbes, el equipo espera autorización de las autoridades de protección civil. A diferencia de lo que sucedió en el terremoto de 1985, el control de las redes de telecomunicaciones ubicada en instalaciones llamadas Network Operation Centers (NOC), están en zonas fuera de las áreas vulnerables de la ciudad como Azcapotzalco, Polanco y Santa Fe dentro de construcciones reforzadas. Incluso los operadores cuentan con centros alternos en ciudades como Monterrey, desde donde se puede seguir operando la red.
Pero, ¿por qué se cae la red de llamadas telefónicas? La fuente indicó que las redes de voz funcionan como una suerte de autobús, "un camión tiene una capacidad máxima de usuarios, si la cantidad de pasajeros supera ese límite, habrá pasajeros que no se puedan subir al autobús". Por ello es mejor usar Whataspp o Facebook para comunicarse tras el momento del desastre.